Ahora sí que sí, la huerta empieza a dar sus frutos ¡y de qué manera!, no damos abasto para comer tantas verduras y hortalizas (totalmente ecológicas).
Ya no se me ocurren más modos de cocinar el calabacín (pisto, crema, asado, quiche...) y es que de un día para otro los calabacines doblan su tamaño, yo creo que si te les quedas mirando un rato les ves crecer. Y ahora además están las judías verdes, los pimientos (verdes, rojos, italianos y de padrón), los tomates (de San Pedro, raft, kumato y cherry), las lechugas (largas, rizadas y de hoja de roble), las acelgas (blancas y rojas), los pepinos amarillos y negros y las cebollas.
TODO brota a tal ritmo que no damos de sí para comerlo, de modo que hago un llamamiento:
A todos los que me vengan a visitar este verano
algo de la huerta se llevarán en la mano.